El estrés físico y psicológico también ha estado implicado en el desarrollo de enfermedades autoinmunes, como lo demuestra un gran número de estudios en animales y humanos que demuestran el efecto de diversos estresantes en la función inmunológica.

Además, una gran recopilación de estudios encontraron que una alta proporción (hasta el 80%) de los pacientes informaron de un estrés emocional poco común antes de la aparición de la enfermedad. Varios estudios sugieren que el estrés no sólo es un factor participante sino que también puede ser una causa del aumento de la gravedad de la enfermedad.

Desafortunadamente, es un círculo vicioso porque no sólo el estrés causa enfermedades, sino que la propia enfermedad causa un estrés considerable en los pacientes.

Hans Selye definió el estrés como “una respuesta no específica del cuerpo a cualquier demanda que se le haga”.

La teoría de Selye sobre los efectos del estrés ha demostrado ser aplicable a cualquier tipo de estrés.

Sin embargo, la palabra “estrés” ha sido simplificada y manipulada en el uso público.

Vale la pena repetir que el sistema de estrés orquesta las respuestas del cuerpo y el cerebro al medio ambiente. El estrés puede estar relacionado con el trabajo (interno), la comunidad (externo) o la familia; puede ser acumulativo o relacionado con un incidente crítico particular.

En exámenes recientes se ha examinado el posible papel del estrés psicológico y de las principales hormonas relacionadas con el estrés como el factor de causa del origen de las enfermedades autoinmunes.

La respuesta al estrés puede desencadenar una alteración del eje hipotalámico-pituitaria-suprarrenal y del sistema nervioso simpático.

Estos nuevos conceptos de inmunología neuroendocrina son necesarios para comprender mejor el papel del estrés en la patogénesis de las enfermedades autoinmunes y para mejorar el tratamiento.

Por lo tanto, el tratamiento de las enfermedades autoinmunes debe incluir el manejo del estrés y la intervención en el comportamiento para prevenir los desequilibrios inmunológicos relacionados con el estrés.

Se deben discutir diferentes reacciones al estrés en pacientes con enfermedades autoinmunes, y cuestionarios sobre los factores desencadenantes, que deben incluir preguntas sobre el estrés psicológico, además de la infección, el trauma y otros “desencadenantes” comunes.

En resumen, si ya cualquier persona que lleve un par de años lidiándose con enfermedades autoinmunes o alteración del sistema hormonal, lo intuía o tenía plena sospecha (y si no te has parado a pensar, piénsalo y haz un resumen de tu vida personal ordenada así por fechas y justo al lado un resumen de tu historial clínico)

Si cabía una plena sospecha, cada vez la ciencia lo confirma más

Y por experiencia propia y observacional aumentaría ese 80% en un 95%

Que si que la nutrición, el ejercicio físico y la suplementacion tienen su peso pero si sigues pensando en depositar tu confianza en ellos y en no querer ir o ver el origen del problema… estás pasando por alto el factor más importante.