Un largo período de ayuno induce una disminución en los niveles séricos de hormonas tiroideas (TH, T4 y T3 ) y una falta de respuesta en el eje hipotalámico-hipofisario-tiroideo (HPT) ( Boelen et al., 2011 ; Fliers et al., 2014 ).
El ayuno también conduce a una disminución en la conversión periférica de T4 a T 3 y a la inversión de T 3 (rT 3) aclaramiento en humanos ( Warner and Beckett, 2010 ).
Las alteraciones observadas en humanos y roedores son similares en muchos aspectos, aunque pueden ser más pronunciadas y agudas en roedores. Por desgracia la mayoría de los estudios son en roedores o en hombres, no en mujeres, en mujeres… teniendo en cuenta el eje ovárico y suprarrenal… otro gallo cantaría.
Vamos a ver si nos empezamos a enterar de que esas estrategias que benefician al sistema inmunológico no hacen lo mismo con tus hormonas.
Con esto no digo que lo que yo cuente sea verdadero al 100%, solo te digo lo que la ciencia dice, pero hay que tener todas las vías en cuenta que se ven afectadas, no solo el que le interesa a quien te lo está contando.
En la vía entre el sistema endocrino y el sistema inmunológico está la clave.
En humanos, el nivel de T3 comienza a disminuir rápidamente después del ayuno. Cuando se midió durante un ayuno de 80 horas en sujetos sanos, se observaron reducciones marcadas de T3 y TSH dentro de las 48 horas posteriores al inicio del ayuno (Figura 1B).
Otro ensayo informó que la T3 sérica disminuyó hasta un 55 % después de 24 horas de ayuno. A diferencia de la T3 sérica, los niveles de TSH se mantuvieron sin cambios después del ayuno. Las dietas ADF (ayunos a días alternos) a corto plazo (4 semanas) y a largo plazo (más de 6 meses) redujeron la T3 circulante sin ningún cambio en el nivel de TSH.
El mismo resultado se obtuvo de otro estudio TRF (alimentación restringida en el tiempo) de 8 horas durante 8 semanas.
El eje hipotálamo-pituitario-gonadal controla el ciclo reproductivo femenino, cuyo período promedio es de 28 días en humanos y 4 días en roedores.
A diferencia de ADF (ayuno a días alternos), TRF de 22 semanas (alimentación restringida en el tiempo solo de 9:00 p. m. a 7:00 a. m.) isocalórica muestra pocos efectos sobre los niveles de estradiol y más bien mejora la función reproductiva. Este estudio sugiere que el TRF aumenta el factor de crecimiento de fibroblastos hepáticos 21, que estimula la secreción de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) de las neuronas GnRH [100].
Un ADF de 12 semanas en ratas interrumpió el ciclo estral de 4 días. En comparación con las hembras de control, las ratas ADF muestran un aumento anormal de estradiol y una disminución significativa de la hormona luteinizante [ 98 ]. Otro estudio de ADF en ratas durante 30 semanas también muestra un mayor riesgo de ciclo estral irregular o inexistente [ 99 ].
La disponibilidad limitada de alimentos en períodos específicos estimula al organismo a alterar el nivel y la frecuencia de la secreción hormonal.
Para evaluar la eficacia del ayuno intermitente, es necesario examinar minuciosamente su efecto sobre el sistema endocrino.
Sin embargo, como tales estudios son escasos, es difícil concluir si el ayuno intermitente es beneficioso en el aspecto de los cambios hormonales.
Para aclarar los efectos y mecanismos del ayuno intermitente y examinar si podemos recomendar regímenes de ayuno intermitente a pacientes con diversas enfermedades metabólicas, es necesario realizar más investigaciones teniendo en cuenta varios factores.
En primer lugar, el análisis debe DISTINGUIR el efecto del ayuno intermitente del de la ingesta reducida de calorías, ya que la restricción calórica en sí misma tiene implicaciones clínicas.
La ingesta de energía reducida en ciertos tipos de ayuno intermitente debe distinguirse de la ingesta de energía isocalórica (moderada en carbohidratos) en TRF (alimentación restringida en el tiempo) al analizar el impacto de la alimentación intermitente.
En segundo lugar, parece que la coordinación entre el tiempo de alimentación y el período de actividad del organismo es importante, lo que sugiere que EL ANÁLISIS OBJETIVO DE LA PERSONA junto con la medición hormonal sean el estándar de oro en futuras investigaciones.
En este punto de vista, será útil estudiar los resultados de la coordinación desregulada entre los patrones de alimentación y actividad (es decir, el síndrome de alimentación nocturna en humanos). En tercer lugar, los datos observados deben traducirse con cuidado para abarcar las posibles interacciones entre los sistemas hormonales, así como las fluctuaciones circadianas en la susceptibilidad de los órganos diana.
Espero que los estudios bien diseñados en un futuro establezcan una mejor comprensión del ayuno intermitente y sus efectos en el sistema endocrino.
Mientras tanto usemos el sentido común: estudio completo de la persona, adherencia a la dieta, déficit energético, actividad física y un buen seguimiento a largo plazo.
Y lo más importante los otros 25 estresores que están boicoteando la salud de la persona, no pongamos el foco solo en el ayuno y los carbohidratos.
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