Las mujeres deportistas que consumen una baja ingesta energética, en relación con el gasto energético que éstas conllevan, ya sea a nivel físico y/o emocional es el principal factor de riesgo para el trastorno del ciclo menstrual y mala salud ósea.
Habrás oido hablar de la Tríada de Atleta Femenina (Tríada). Los médicos a menudo recetan anticonceptivos hormonales para abordar este problema; sin embargo, eso es solamente un tapón. El tratamiento optimo sería la reversión del déficit energético.
Y en ese caso tenemos tres variantes principales con los que trabajar para que esa «Tríada» vaya desapareciendo poco a poco: disminución de ejercicio físico, incremento de la ingesta alimentaria y optimizar ese descanso/estrés.
En enero del año pasado se realizo el primer ensayo clínico que explora un enfoque de tratamiento no farmacológico en mujeres que hacen ejercicio con la «Tríada».
El propósito general de este estudio fue evaluar los efectos de 12 meses de aumento de la ingesta de energía mediante mas de 8 vías para mejorar éste aumento de energía, sobre el estado energético, el estado menstrual y la salud ósea entre las mujeres que hacen ejercicio con trastornos menstruales asociados con el ejercicio (EAMD), incluyendo oligomenorrea y amenorrea.
Debido a que los trastornos menstruales y la mala salud ósea entre las mujeres que hacen ejercicio a menudo son efectos posteriores de un déficit de energía, es lógico que abordar la raíz del problema a través de cambios en el estilo de vida, es decir, un aumento en la ingesta de energía, pueda ser un tratamiento eficaz y sostenible, especialmente cuando la ingesta de energía se incrementa de manera gradual.
Sin embargo, para abordar los trastornos menstruales entre las mujeres que hacen ejercicio, muchos médicos recurren a enfoques farmacéuticos, como la administración de anticonceptivos orales, para abordar los síntomas, es decir, los ciclos menstruales irregulares o ausentes, y / o la baja masa ósea. Sin embargo, los anticonceptivos orales no abordan el problema subyacente del bajo déficit de EA / energía y, por lo tanto, no benefician la salud a largo plazo de los atletas.
Como tal, los resultados de este estudio tienen el potencial de informar y alterar la práctica clínica para el beneficio a largo plazo de las atletas femeninas y las mujeres que hacen ejercicio recreativamente. Éste estudio proporciona los primeros datos de ECA para el enfoque de tratamiento no farmacéutico para las tres condiciones interrelacionadas presentes en la Tríada de Atletas Femeninas: baja EA, trastornos menstruales y mala salud ósea.
Me apetecía escribir sobre esto dado que llevo una currada de tres días realizando la nutrición deportiva pre-competición de una maravillosa atleta – amiga.
Y aunque ahí esté la evidencia de que el anticonceptivo no es la solución, tenemos un trabajo a largo plazo el cual, tenemos una menstruación que recuperar, si que es verdad que es un trabajo algo mas largo que recuperar una menstruación de una mujer que no haya hecho deporte en su vida.
Bibliografía:
- Williams NI, Mallinson RJ, De Souza MJ. Rationale and study design of an intervention of increased energy intake in women with exercise-associated menstrual disturbances to improve menstrual function and bone health: The REFUEL study. Contemp Clin Trials Commun. 2019;14:100325. Published 2019 Jan 18. doi:10.1016/j.conctc.2019.100325
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